Patrón de la Institución



Es una de las figuras más representativas del catolicismo en la Francia del siglo XVII. Fue fundador de la Congregación de la Misión, o Vicentinos (1625) y, junto a Luisa de Marillac, de las Hijas de la Caridad (1633).
Fue nombrado Limosnero Real por Luis XIII, función en la cual abogó por mejoras en las condiciones de los campesinos y aldeanos.
Realizó una gran labor caritativa, sobre todo tras la guerra de la Fronda, una de cuyas consecuencias fue el incremento de menesterosos en su país.
Una de sus frases más representativas es "los pobres son nuestros amos y señores".
Su festividad se celebra el 27 de septiembre. Es patrón de todas las asociaciones de Caridad.

 

Biografía

Sus padres fueron Juan de Paúl y de Beltranda de Moras, no se sabe con seguridad su lugar de nacimiento, que está discutido entre Pouy y Tamarite de Litera en abril de l580 ó 1581 (el año exacto no es seguro)
Vicente de Paúl nació en una pequeña casa rural en las afueras de la aldea de Pouy, a unos cinco kilómetros de la ciudad de Dax, en el departamento de las Landas, situado al suroeste de Francia. En el lugar de su nacimiento, se levanta una modesta construcción de ladrillo y vigas de madera muy parecida a la casa en que nació Vicente.
Era el tercero de seis hermanos. La modesta condición de la familia hizo que muy pronto el niño Vicente tuviera que contribuir con su trabajo de pastor de ovejas y de cerdos a la economía familiar. Pronto también dio muestras de una inteligencia despierta, lo que llevó a su padre a pensar que podía hacer una carrera eclesiástica. Cursó estudios primarios y secundarios en Dax, y posteriormente filosofía y teología en Toulouse durante siete años. Estudió también en  Zaragoza. Se ordenó sacerdote muy joven, a los veinte años, con la intención de ser párroco de inmediato y así poder ayudar a su familia.
Una serie de peripecias no muy bien conocidas dio con él a los treinta años en París, donde encontró inicialmente algunas pequeñas ocupaciones sacerdotales, hasta que por recomendación de un prestigioso amigo sacerdote, Pedro de Berulle, posteriormente cardenal, entró en 1613 en la importante casa de los señores de Gondi como preceptor de los niños y posteriormente director espiritual de la señora.
Los viajes por las tierras de los Gondi llevaron a Vicente a un conocimiento de primera mano de las lastimosas condiciones de vida materiales y espirituales de la población campesina, y también del clero parroquial que les atendía con serias deficiencias. Esta experiencia y su propia evolución espiritual, cuyos perfiles exactos nos son poco conocidos, le llevaron a un decisión irrevocable de dedicar su vida sacerdotal, no a la promoción social de su familia o a la suya propia, cual había sido el caso hasta entonces, sino a la evangelización y redención de la población campesina y a la formación de sus sacerdotes.
A partir de esa decisión la vida de Vicente mantiene hasta su muerte a los ochenta años, en 1660, una línea constante de dedicación a la redención espiritual y material de los pobres.
Su visión, limitada en sus comienzos a la población campesina, se fue ensanchando progresivamente hasta incluir condenados a galeras, enfermos pobres, niños abandonados, soldados heridos, esclavos, ancianos desamparados, mendigos, refugiados de guerra o nativos paganos de Madagascar. Movilizó para ello a sacerdotes (Congregación de la Misión, Conferencias de los Martes), a hombres y mujeres de la nobleza, de la burguesía y del pueblo llano (cofradías parroquiales de caridad y Damas de la Caridad), a jóvenes campesinas (Hijas de la Caridad); a todos ellos intentó contagiar con su propia visión del Evangelio y su experiencia cristiana, basada en las palabras mismas de Jesucristo en el Evangelio de san Lucas: "El Señor me ha enviado a anunciar la Buena Noticia a los pobres, la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos, la libertad a los oprimidos"